viernes, 21 de octubre de 2011

Más alla de las sombras...

Y los días son molinos contra los que lucha el caballero de triste figura autor de estas líneas. Son gigantes, inmensas las dolencias que me invaden en estos días de lluvia incesante ante los valles oculares que observan tristes los amaneceres grises, descafeinados y marchitos.
Tras la lluvia, el desierto se hace vida y las almas salen a la calle en su cotidianidad más absoluta, el bulto comparte, se abraza, se quiere en su infelicidad rutinaria. Y yo, que por más que intento salir no paso más alla de la sombra alargada que me sucede, me encuentro colgado del cable de un teléfono, ahorcando las ganas de llamarte, a tres paradas de tus besos, a tres mil millones de años luz de tu alma, la que acoje, ama y olvida...