domingo, 12 de junio de 2011

El niño y la gota de lluvia

En aquella nube, medio adormilada entre semejantes, se encontraba aquella gota de lluvia deseosa de hacer la actuación de su vida y descender cortante entre las ráfagas de viento, finalmente, tras varios días de ansiosa espera, surgió un choque que daría paso a un fuerte tirón y con él, la caída de su vida. 
En la superficie, una pequeña cabeza alzaba la vista mientras las nubes perturbaban el azul del cielo. Tanto aquella pequeña cabeza como la ansiosa gota en su momento de gloria no sabían que sus vidas se cruzarían en lo que dura un pestañeo.
La gota se colocó por delante de sus compañeras, el ansia alimentaba cada parte de sus ser hasta que, finalmente entró en contacto con la tez del niño, es entonces cuando se produjo un baile mágico. La gota comenzó rozando su mejilla a modo de beso leve hasta deslizarse por su cuello, lo cual hizo cosquillas al niño que encorvó su cuerpo hacia delante, corrió por el brazo, dibujando líneas curvas hasta llegar a sus manos donde verdaderamente aquella danza encontró su punto álgido, la mano del pequeño agitaba los dedos mientras la gota danzaba entre ellos. Para mirarla mejor el niño acercó la mano a su cara cuando, sorprendentemente la gota saltó a su boca y se introdujo en ella. Viviría eternamente en la inocencia de aquel alma, hidrataría la vida que el tiempo arrancaría a tiras pero que, aquella pequeña gota de lluvia haría  de cada tira de vida, la tira más feliz del mundo...


Dedicado a mi "gota", de la cual surgió la idea y con la cual quiero vivir cada tira que me quede... te amo.

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